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CAMINATA NOCTURNA

CENTRO CULTURAL RECOLETA

BUENOS AIRES. 2016

La pieza instalativa nace de un trabajo presentado hace unos años en el Centro Cultural Recoleta en colaboración con otro artista en el cual yo inicié la reflexión sobre el cuerpo y sus apoyos  internos asimétricos, el zapato como pieza escultórica y como me recordara Sabina Florio doctora en artes metonimia  y retórica del cuerpo. La obra al ser un recorrido y una caminata por distintas materialidades de la noche, la noche del alma, como el conocimiento del dolor y de distintos estados del cuerpo es también un relato de lo incompleto hacia la comprensión del vacío como modo de contacto, de sanación impidiendo que el individuo se aferre así mismo. Disuelve la rigidez substancial. Los entes fluyen unos con otros, sin que ellos se fundan en una unidad sólo morando, habitando, la luz como una ducha   en medio de  lo no simétrico como condena de la historia, lo que nos obliga a entender lo humano. Recuerdo esta cita de Carlos Skliar… “al vivir la incompletitud habitamos otro tiempo, que no supone ni una adaptación, ni una resignación, ni una trayectoria fatídica e inexcusable, según las creencias, hacia la Nada o hacia la Muerte o hacia la vacía eternidad, mutamos mientras dormimos.”

Pero en todos los  casos son formas para ser habitadas.

EL MAESTRO

La pieza  de los  zapatos  que están en la sala para ser habitados,  son desparejos entre cada pie realizados con elementos  reciclados predicen el dolor de un hombre en transito permanente. Quizás también sean prospectivos de nuestros hombres que viajan y cambian de países, quizás  la memoria nómade y su calzado gastado. Atravesar en travesía para descubrir el mientras, el tiempo de la lectura de obra y su espacio interior.  Una caminata hacia el centro, el ser que designa lo abierto y el ente que  le debe su contorno de sentido.

Zapatos con plataforma reciclada diferenciada 40 cm x 50 cm x 8 cm.

ANIMALIDAD

Esta pieza es una de las primeras realizadas en la Alianza Francesa bajo la curaduría de Sonia Becce , las obras en ese momento del 1999 habían nacido en un marco de mucha experimentación textil ,  y en el mundo de la danza y de la indumentaria en la facultad de arquitectura, mi primera profesión. Estas obras formaban parte de una deconstrucción y de la idea de replegarse sobre si mismo, el traje de pelos era parte de un descarte de fibra negra de vidrio y pelos que se presentaban como parte de una sombra y que permitían una trama o tejido -abrigo, en ese momento yo bailaba en la compañía de Duggan Dance y había ganado el premio de la bienal en moda 1990. Siempre mi conciencia se fundía en un todo o volumen poético la materia como metafísica de la plástica. En este caso participaba de lo desconocido. Lo otro y un traje para relacionarse, este peludo presupone un prejuicio, pero este traje se sostiene por su trama de pelos como una memoria del pensar,  el pelo antena. Lo desconocido como piel nos da las dos caras la del terror y la del poder, pero  siempre un traje nos invita a ser ese recipiente y ese personaje efímero. En  esta frase de Roberto  Espósito,  (en Enemigo, extranjero, comunidad) encuentro muchos sentido. “Es demasiado semejante próximo como para poderlo combatir explícitamente; y demasiado diferente y huidizo como para poderlo integrar. No es ni lo otro; por que rompe la lógica binaria, y el choque “a dos” al que la Modernidad nos  ha habituado  (…) Y por eso da miedo; porque  no se le puede responder con una lucha frontal, ni con una aceptación indiscriminada, sino como todo conocimiento nuevo mantenerlo en un umbral  que el ha cruzado ya, amenazando con expulsarlo, pero sin ninguna posibilidad real de hacerlo.”

Fibra de vidrio y pelos de nylon y algodón 100 x 110 cmx 30 cm.

LA LLAMADA

Es un Textil,  escritura cromática  y su sonoridad  es percutiva, un trabajo arquetípico de estampa abstracta y su degradado,  el cruzamiento de disciplinas propone un espacio para la escultura, el silencio que irrumpe en la pintura y dialoga con la participación del público como un llamador. La pieza mide 11 metros pintada en un continuo de líneas con pincel, y espacios vacíos donde entran los llamadores de metal. Comencé los  monocromos a partir de un episodio con la imagen y la  fatiga del  insomnio, donde apenas veía sólo manchas y acumulaciones de volumen, a partir de eso consideré mas fuertemente los monocromos  y cabe citar este texto de Byung-Chul-Han, “al perderse uno también alcanza la unidad, el campo del vacío las cosas se liberan de la célula aislada de la identidad en una unidad del todo, y se libera en la libertad y espontaneidad de una compenetración reciproca. El monocromo mata los colores, que se aferran a sí mismos. Pero esta muerte  los vivifica a su vez, Ellos ganan en amplitud y profundidad, o silencio. Por lo tanto los monocromos  no tienen nada que ver  con lo carente de diferencias, o de color. Podríamos decir: lo blanco o el vacío es un estrato profundo, estado de respiración de los colores de las formas. Frente a la presencia de un átomo colorido y un sonido traccionado como un elemento metálico en fricción con el aire, se presenta el silencio oscilando en la sala.  El sonido como silencio es un espacio trascendido y lo percutido de la pieza es un despertar del color en uno.

 

Textil y metal, medidas 150 x 1110 cm.

CENTRO FUGO TRANSPARENTE

Se aplica a la fuerza que tiende a alejarse del centro alrededor del cual gira. Centro fugo es una pieza conformada por  eslabones de madera  torneados,  pintados y ensamblados , en el medio dos bocas de cristal, las piezas nacen del movimiento de dos puntos equidistantes  desplazándose como átomos y engrosándose hacia fuera, los vidrios son cordones de luz que  recuerdan el líquido de un ojo de agua, la unión de ambos espacios una dimensión nueva en la sala del peregrinar.

Madera, vidrio 25 cm. ancho  x 10 mts. alto x 25 cm profundidad.

MEDITA Y VAPOR

Esta sala tiene luz negra donde el trayecto de la muestra llega a su fin y donde las obras lumínicas de mis últimos años cobran sentido, como memorias acumuladas. En  las esculturas de vidrio abstractas  el espacio vacío se llena de luz, los globos son  estirados para formalmente aparentar una partitura y  mueve lo numeral, dando una sensación de estallido. Estas piezas nacen  en el 2000 y son monótonas, repetitivas como el arte mínimo, contactos directos al núcleo ontológico  antes del lenguaje, recuerdo haber pasado por meditaciones y sanaciones, contactos cercanos, ET, donde lo musical se presenta como curación y sigue una lógica primaria armonizando los sentidos .Tomo estas cajas como pequeñas  arquitecturas de meditación de color luz, cuidando la proporción cercana a un objeto que va directo al corazón, en esta exposición en la sala J del Recoleta amplíe las escalas y secuencié la luz con un sensor que las va prendiendo en forma rítmicas y lúdicas. La presencia de lo numeral es el  infinito y  comienza con un periodo donde el cero es mi signo sin marcas. El cero es sí mi burbuja  y no es sujeto, ni linda con nada, no es pared de nada. Quizás la experiencia de un contacto interno  con el vacío permite a la  energía  la dinamización  de las emociones y la sanación.

 

Mónica van Asperen

SAVA DERECHOS DE AUTOR-2016

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